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Un repaso a la historia de la energía geotérmica en Panamá

Volcán Barú, Panama (source: flickr/ I Bird 2, creative commons)
Abraham Ormad 12 Dec 2013

En Panamá existen 23 pozos geotérmicos que podrían producir electricidad y hasta ahora solo se ha anunciado que se está analizando una posible planta geotérmica en Barú-Colorado.

Desde Piensa en Geotermia hemos publicado muy pocos temas relacionados con la energía geotérmica en Panamá. A nivel proyectos, solo hemos dado a conocer el anuncio que se hizo sobre una posible planta geotérmica en Barú-Colorado (enlace).

Adjuntamos este artículo del diario la Estrella de Panamá, donde se realiza un repaso a la evolución de los trabajos que se han realizado en Panamá en materia geotérmica.

Desde principios de la década del 70, Panamá buscaba diversificar la generación de la energía eléctrica. Documentos de la Empresa de Generación Eléctrica (ETESA) señalan que en ese entonces se iniciaron estudios para calcular el potencial geotérmico del país. Los estudios quedaron incompletos por falta de metodología aplicada a la investigación.

A mitad de aquella década, año en que se registró la mayor crisis energética en Centroamérica, la Organización Latinoamericana de Energía recomendó buscar alternativas para no depender de las lluvias, relata el ingeniero Virgilio Luque.

Esta búsqueda se orientó hacia adentro de la tierra, hacia las fuentes de energía geotérmica. En cada país se conformaron equipos de investigación financiados por los gobiernos.

En Panamá, uno de estos grupos fue dirigido por el geólogo Virgilio Luque, que entonces trabajaba en el Ministerio de Comercio e Industrias.

Las pesquisas bajo la dirección de Luque dieron buenos resultados. Se detectaron 23 fuentes de agua caliente en Panamá. Tres reunían los requisitos técnicos para la explotación de la energía geotérmica.

Veraguas (en Calobre), Chiriquí (en Cerro Colorado y Coclé (en El Valle de Antón) eran los puntos con más potencial para la explotación de las aguas calientes.

El profesor Luque asegura que la generación de energía con el calor del agua es similar al modelo que se utiliza en los embalses, y además es un proceso más sencillo que no requiere grandes reservas del líquido.

En una planta hidroeléctrica se represa una gran cantidad de agua que luego se deja caer a cierta altura. Al descender, la corriente mueve una turbina y ésta genera la energía.

La generación de energía por geotermia es muy parecida: del fondo de la tierra sale un chorro de vapor con suficiente fuerza para impulsar una turbina y brindar electricidad.

El equipo panameño tardó cinco años en la investigación. Durante ese quinquenio recibió el apoyo de especialistas de Inglaterra, Francia, Italia y El Salvador.

Tras la crisis de 1975, en los años siguientes todos los países centroamericanos —excepto Panamá— emprendieron proyectos geotérmicos.

¿Por qué no se concretó la generación de esta energía si Panamá contaba con 23 fuentes de aguas calientes? Por una serie de situaciones, recuerda Luque, entre estas que en los años de 1980, altos funcionarios decidieron trasladar los documentos de la investigación del Ministerio de Comercio e Industrias al Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE).

Los que continuaron con el proyecto en el IRHE optaron por trabajar con los investigadores italianos y se concentraron en los pozos de aguas calientes de El Valle de Antón. Allí tropezaron con una primera barrera: Las reservas en este punto están debajo y en los alrededores del pueblo.

Trasladar el pueblo para realizar las perforaciones por donde saldrían los chorros calientes fue, quizás, el costo que el gobierno de esos años no se atrevió a echarse sobre sus hombros.

Pero hasta las formas más limpias de generación de energía tienen su cuota de sacrificio. En este caso, el agua residual podría contener algún grado de sustancias tóxicas y se tendría que tratar antes de verter a alguna quebrada o río.

Si Luque hubiese continuado al frente del proyecto, habría optado por las fuentes de Veraguas o de Chiriquí, donde no había que mudar a ningún morador.

‘Entregamos los informes sin siquiera sacarle un juego de copias’, comparte el profesor, quien desde hace dos años dirige el Centro de Investigación Jurídica de la Universidad de Panamá.

Años más tarde, en 2000, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA), la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y el Organismo Internacional de Energía Atómica emprendieron un nuevo estudio sobre el potencial geotérmico.

Los especialistas concluyeron que en Panamá se podía generar hasta 42 megavatios con el calor del suelo.

El ingeniero de la Universidad Tecnológica de Panamá, José Atencio, considera que el potencial panameño es mayor porque estos 42 megavatios corresponden a los 24 de Cerro Colorado y los 18 de El Valle, y no se contabiliza el potencial de Calobre, de la isla Coiba y de Tonosí.

Como parte de los estudios en busca de fuentes de energía también se analizaron los desperdicios que produce la ciudad capital. Luque recuerda que esta tarea la emprendió un organismo japonés.

Concluyeron que la basura era muy húmeda, quizás por los aguaceros y por la disposición a cielo abierto. El geólogo es partidario de que se vuelva a investigar las condiciones de los desechos, ahora que llueve menos.

DEMANDA CRECIENTE

Hasta este momento la generación de energía del país está condicionada, en gran parte, por las lluvias.

En mayo pasado, cuando los niveles de los embalses bajaron y las autoridades recomendaron no encender los aires acondicionados ni los letreros se estuvo al borde del racionamiento.

Aunque la crisis fue significativa, las autoridades habían señalado que el crecimiento económico demandará de más fuentes de electricidad a corto, mediano y largo plazo. El Metro, las ciudades verticales, las barriadas y los centros comerciales serán solo algunos de los nuevos consumidores de electricidad.

ETESA tiene en su página electrónica el Plan de Expansión del Sistema Interconectado Nacional 2012–2026. En este documento, de libre acceso, se plantea que una de las principales barreras para el desarrollo de un plan de expansión de la generación eléctrica es la timidez de la inversión ante la percepción de riesgos asociada a los resultados económicos de los proyectos planeados.

Esta aversión a los riesgos es más enfática en los proyectos hidroeléctricos, por lo cual hubo una tendencia universal a favorecer, a corto plazo, la implementación de centrales termoeléctricas.

EL PRIMER PASO

El ingeniero Atencio, que cuenta con un doctorado en Energía Renovable, sostiene que ya se entregó una concesión el primer proyecto geotérmico de Barú-Colorado.

La ubicación de esta reserva de calor está en Volcán, Cerro Punta, Monte Lirio, La Cordillera, Plaza Caisan, Bugaba, Renacimiento y Boquerón Chiriquí. La potencia estimada será de 5 megavatios, que al transformarse en energía equivaldría a iluminar unas 6,000 residencias que consuman hasta 500 kilovatios.

Francisco Escoffery, de la Comisión de Energía de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE), considera que a los proyectos geotérmicos no se les ha prestado atención porque el potencial de este recurso no es grande.

El ejecutivo comparte que se ha apostado por la generación con viento, con sol, con carbón y gas natural. ‘Esto es positivo para reducir el riesgo de insuficiencia’.

Escoffery plantea que es favorable que alguien invierta en estas fuentes diversas, incluyendo la geotérmica, porque ayuda a diversificar las fuentes de energía.

‘En lo que no estamos de acuerdo es en que se contrate el suministro de energía mediante licitaciones exclusivas para una fuente, anunciadas sin mucha anticipación y sufriendo adendas inoportunas, todo lo cual ahuyenta o impide la competencia, con lo cual el país termina comprando energía a mayores precios’.

La cantidad de productores de energía es un factor determinante en el precio que se pagará por este producto. (Ver nota relacionada).

Por otra parte, puntualiza, la demanda de consumo se debe en parte a los subsidios que otorgan los gobiernos. ‘Las personas, al no pagar lo que realmente cuesta la energía, hacen mal uso de la luz’.

Fuente: La Estrella de Panamá.