Relación entre CO2 y energía geotérmica en Toscana
Es crucial confiar en la ciencia y la investigación y no en la información incorrecta que ha ralentizado el desarrollo de la energía geotérmica como recurso energético precioso para Italia, por lo que se publicó un nuevo estudio.
Tres nuevos estudios, publicados por investigadores italianos -con un papel destacado de la Universidad de Pisa- en prestigiosas revistas internacionales ayudan a arrojar finalmente luz sobre un tema controvertido durante demasiado tiempo: ¿qué relación hay entre el cultivo industrial de energía geotérmica y las emisiones de CO2 en la atmósfera? Esta cuestión se aborda en un reciente artículo de Greenreport de principios de este mes, esta fuente renovable siempre ha estado presente de forma natural en la Toscana, el primer territorio del mundo que logró domesticarla hace más de un siglo, alcanzando resultados extraordinarios.
Hoy en día, más del 70% de la electricidad que consumimos procedente de fuentes renovables está garantizada, en Toscana, por la energía geotérmica: en otras palabras, el calor de la tierra cubre un tercio de todas nuestras necesidades eléctricas, además de suministrar directamente importantes cantidades de calor.
Sin embargo, siempre han existido dudas sobre las emisiones que alteran el clima asociadas con las plantas de energía geotérmica. Las emisiones de contaminantes son monitoreadas periódicamente por las autoridades competentes (principalmente Arpat) certificando el cumplimiento constante de la normativa vigente. Pero ¿qué pasa con el CO2?, ¿Es lo que liberan las plantas de energía un sustituto de las emisiones naturales del suelo o es adicional?
Los nuevos estudios publicados después de años de intensa investigación directamente en el campo finalmente perfilan una imagen precisa, tanto para el área de Larderello como para el área de Amiata. Hablamos de ello directamente con Alessandro Sbrana, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Pisa y coautor de la investigación en cuestión.
El uso de la energía geotérmica con fines industriales ha comenzado por primera vez en Toscana: un récord mundial que dificulta la evaluación de los efectos de la generación geotérmica sobre parámetros como las emisiones de CO2, dada la falta de datos confiables sobre suelos relativos. desgasificación. hace más de dos siglos. Un nuevo estudio utiliza datos históricos sobre la producción de ácido bórico como aproximación: ¿cómo se pueden estimar las emisiones de CO2 pasadas?
“Los autores del trabajo publicado en la revista Energies han permitido estimar las emisiones de CO2 previas a la generación geotérmica en Larderello, comenzando con la producción de ácido bórico extraído en 1800 y a principios del siglo XX en la denominada “Lagunas”, que poco a poco desaparecieron en los primeros años del ‘900, donde se producía la condensación de los vapores geotermales.
En las lagunas la condensación del vapor rico en boro, elemento similar a la fase vapor, provocó la precipitación de una fase sólida del ácido bórico (H3BO3) en las aguas de condensación de las lagunas que luego se extraía; las cantidades de mineral extraídas se registraron en los archivos de la industria minera de la época. Los datos sobre la cantidad de boro extraído proporcionaron una estimación de la cantidad de vapor que escapó de los reservorios geotérmicos en el período considerado.
Este es el punto de partida que se utilizó para la estimación de las emisiones de CO2 antes del desarrollo industrial de la energía geotérmica. La medición de la relación entre CO2 y vapor de agua, medida por Payen en Larderello en 1841, y el conocimiento de la concentración de boro en el vapor permitió calcular la cantidad de gas incondensable, CO2 emitido en el período de extracción de boro en Lagoni boracífero de Larderello entre 1818 y 1867 a partir de toneladas de ácido bórico.
Esta estimación es la única y valiosa indicación de la cantidad de vapor y gas que se liberó a la atmósfera antes del cultivo de los campos geotérmicos actuales. Obviamente se limita al área de las grandes manifestaciones naturales del Valle del Diablo, que hoy casi han desaparecido, reemplazadas por emisiones gaseosas y acuíferos termales mineralizados en varios lugares del Valle.
Los resultados de esta investigación publicados en un volumen especial de Energies, una prestigiosa revista multidisciplinar internacional dedicada a la energía, proporcionan la primera indicación cuantitativa de la cantidad de gases de efecto invernadero (CO2) y vapor que se libera naturalmente a la atmósfera.
Se estima que en el Valle del Diavolo se produjo la emisión natural de vapor de unas 236 t/h con 17 t/h de CO2 asociadas, que en términos de central geotérmica corresponde a una central de 130-140 MW. Hoy el flujo de vapor y gas en el Valle del Diablo es sumamente reducido por efecto de más de un siglo de generación geotérmica, que aún se cultiva manteniendo los reservorios en equilibrio.
El artículo finaliza con una aproximación a cuáles son las mejores soluciones tecnológicas hasta la fecha para cultivar los fluidos geotérmicos de una forma cada vez más sostenible, tanto en la producción de electricidad como de calor.
…Y en el contexto italiano el artículo destaca que “en el caso de la geotermia, es necesario confiar en la ciencia y la investigación y ofrecer a la gente de la región los resultados obtenidos que respondan a la información incorrecta que lamentablemente ha frenado el desarrollo de este precioso recurso energético”…
Para ver el artículo completo, consulte el enlace a continuación (en italiano).
Fuente: Greenreport