Chile necesita con urgencia de nuevas políticas públicas para promover el desarrollo de la energía geotérmica
Diego Morata, Director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) de la Universidad de Chile, destacó su visión y la del centro acerca del potencial de la energía geotérmica en Chile y lo que las autoridades nacionales pudieran hacer para promover su desarrollo.
En una entrevista con Energía Estratégica Latam, Diego Morata, Director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes (CEGA) de la Universidad de Chile, desarrolló su visión y la del centro acerca del potencial de la energía geotérmica en Chile y lo que las autoridades nacionales pudieran hacer para promover su desarrollo.
A continuación incluimos la entrevista de Energía Estratégica Latam:
¿Qué rol debiera tener la energía geotérmica en el plan de descarbonización que encara Chile?
La geotermia debería tener un rol central en el plan de descarbonización de la matriz energética. Es la única energía renovable, limpia y local – propia – capaz de operar 24/7, independiente del clima y las estaciones del año, y en ese sentido, es la única energía limpia con un factor de planta apropiado para reemplazar al carbón, que lo que hace es justamente suministrar energía de forma constante, pero contaminante. Es decir, al día de hoy, es la única energía renovable que puede considerarse como energía base, por lo que es la que permite dar estabilidad y seguridad a la matriz energética. El tema es que para que la geotermia pueda jugar ese rol de acá al 2050, necesitamos que las políticas públicas fomenten su desarrollo ahora, y no en 5 o 10 años más, porque desarrollar proyectos geotérmicos en Chile toma tiempo. La experiencia internacional muestra que se necesitan entre 8 a 10 años para poder concretar un proyecto geotérmico. El análisis realizado en el seno de la Mesa de Geotermia, en donde participaron empresas geotérmicas, el Ministerio de Energía, desarrolladores y la academia (el CEGA participó activamente en esas sesiones de trabajo) señala que al 2050 en Chile podrían estar operando unos 1300 MWe (aprox), unos 1000 MWe eléctricos menos del potencial instalado hoy día con carbón. Pero, sin lugar a dudas, para llegar a tener al menos esos 1200-1300 MWe eléctricos con geotermia al 2050 ya tendríamos que estar, como país, preparando las acciones a desarrollar. Por lo tanto, si seguimos esperando, por más fantástica que sea la energía geotérmica, me temo que no logrará estar operativa para cuando la necesitemos y no va a poder reemplazar el espacio que va a liberar el carbón, por lo que se ve un panorama complejo energéticamente hablando, si es que Chile no toma acciones inmediatas.
Desde el punto de vista económico… ¿Cómo compite actualmente con otras fuentes renovables?
Las energías renovables no compiten, se complementan. La idea no es relevar o levantar una sobre la otra, las energías renovables de Chile deben actuar de forma conjuntar, apoyarse. Es claro que hoy día es más barato generar electricidad usando la solar fotovoltaica. Pero hay que considerar la intermitencia en el suministro, que no lo tiene la geotermia. No es un tema de competencias, sino de complementariedad. Existen ejemplos en el mundo de plantas mixtas, que mezclan la solar y le geotérmica, por ejemplo. Nosotros, en el CEGA, estamos comenzando a desarrollar un programa de investigación en esa línea y los resultados son alentadores, máxime en el norte de Chile, donde hay un inmenso potencial solar y existen, además, interesantes proyectos geotérmicos.
Las energías como tales no compiten, lo que sí podría competir son las políticas que las fomentan, porque puede haber bastantes gestiones para levantar algunas y nulas gestiones para fomentar las que hoy necesitan un apoyo legislativo como es la geotermia.
¿Y qué cambios debiera adoptar el marco regulatorio para estimular su utilización?
Debe existir un consenso en la clase política que Chile necesita diversificar su matriz energética y buscar soluciones en las renovables. Es innegable que ya estamos sufriendo los efectos del cambio climático. Y estos efectos parecen que están siendo más dramáticos y a una velocidad más acelerada que lo que inicialmente se pensaba. En este contexto de incertidumbre climática, de turbulencias internacionales y de un plan de descarbonización y generación de una matriz basada en las renovables, la geotermia debe estar en el centro de la mesa. No se trata de pedir subsidios. Es más simple. Se trata de establecer cuotas de electricidad por bloques y que puedan competir fuentes de generación de electricidad que aseguren estabilidad e independencia al sistema eléctrico. No se pueden poner “todos los huevos en la misma canasta”. Hay que aceptar que el suministro eléctrico de un país es una cuestión de estado, de seguridad interna. Chile no puede seguir dependiendo de combustibles fósiles de los cuales carece. Sin lugar a dudas se necesitan políticas públicas que garanticen el desarrollo de fuentes renovables no intermitentes.
¿Están las autoridades impulsando esta tecnología?
En nuestra experiencia, son las autoridades regionales las que más han trabajado para impulsar esta tecnología en sus localidades. El trabajo de nuestro centro en la Región de Aysén y los posteriores contactos y proyectos que se han derivado de ello muestran el interés que tienen los gobiernos regionales en usar la geotermia para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La experiencia exitosa en Aysén ahora se está replicando en Los Ríos y las regiones de Magallanes, Araucanía, Los Lagos y, en la zona central, O’Higgins, han mostrado un gran interés por levantar fondos para desarrollar proyectos pilotos. Todos los proyectos que estamos desarrollando se están realizando mediante la modalidad de concurso, por lo que los gobiernos regionales están incorporando en sus planes de desarrollo regional oportunidades de financiamiento de proyectos piloto.
¿Y las autoridades nacionales?
A nivel de autoridades nacionales es poco lo que hemos visto, y cuando en medios de comunicación los hemos escuchado hablar de energía, parece que se les olvida que existe la geotermia, no parece ser una energía muy latente para ellos. Quizá la única excepción haya sido el proyecto que el Ministerio de Energía no está financiando para calefaccionar un colegio con bombas de calor en La Araucanía. Este será un proyecto de dos años, con fondos asignados directamente desde el Ministerio al CEGA y esperamos poder completar este proyecto durante este año en curso.
Sin embargo, no vemos una apuesta firme a nivel nacional por el desarrollo en investigación y desarrollo de proyectos de generación de electricidad con geotermia. Este aspecto sigue casi restringido a desarrolladores privados, lo que se rigen obviamente por las condiciones de mercado.
¿Qué proyección tiene la energía geotérmica?
En Chile se ha desarrollado tan poco y el potencial es tan alto, que bajo esas circunstancias el nivel de proyección es altísimo. Sin embargo, si no se desarrollan las políticas públicas que fomenten el desarrollo local de la geotermia, seguiremos esperando quizás otros 100 años que fue el tiempo que tardó en concretarse una primera planta eléctrica en base a geotermia en Chile. A nivel mundial, la geotermia encuentra cada vez más aplicaciones y comienza a ser un actor fundamental para el desarrollo y crecimiento sustentable de las ciudades, así como una actriz clave para el combate del cambio climático. Las proyecciones a nivel mundial van en aumento, ya que se ha demostrado que el sistema de calefacción distrital en ciudades utilizando la geotermia es la forma más eficiente de generar un ambiente de confort habitacional con el mínimo impacto ambiental. Cada vez son más los países que están desarrollando proyectos de uso directo de la geotermia y las proyecciones de crecimiento de la generación de electricidad a nivel mundial también van en aumento.
¿Y particularmente en Chile?
En Chile, si no hay un claro interés por hacer de la geotermia un tema de estado, se ve complicado que podamos llegar a tener esos ansiados 1200-1300 MWe en el 2050. En estos momentos tenemos 48 MWe en Cerro Pabellón, planta que va a expandirse otros 33 MWe más para posiblemente finales del 2020. Es decir podremos estar hablando de 81 MWe a finales del 2020, pero no se ve muy claro el panorama para el segundo campo geotérmico a desarrollarse en Chile. Quizá Peumayén (ex Tolhuaca) pueda comenzar la etapa de explotación a partir del próximo año, pero para ello se deben dar unas condiciones de precio de mercado que favorezcan el proyecto. Pero, en cualquier caso, vamos a terminar el 2020 sin llegar siquiera a los 100 MWe. Sin lugar a dudas, un paso importante pero quizá pequeño si aspiramos, como país a que en el 2050 seamos un país 100% renovables y libre de carbón, donde la geotermia debiese tener un papel más relevante.
¿Qué opinión tiene sobre el proyecto de ley que busca impulsar el aprovechamiento somero de la geotermia?
Meses antes de la presentación de este proyecto del Ley el CEGA realizó su propio análisis legislativo a la Ley de Geotermia, comparando nuestra normativa con la de varios países del mundo, y en base a ello sugerimos modificaciones, y muchas de las ideas que planteábamos están también presentes en el proyecto de ley. Tiene muchos avances positivos, como agilizar los procedimientos administrativos, el establecimiento de un régimen especial para el uso directo de la geotermia, los criterios técnicos para definir la geotermia de baja entalpía también son apropiados – siguiendo el ejemplo de Italia. Aún si quedan cosas por resolver pues en el proyecto no queda claro quién puede registrar el aprovechamiento somero de energía geotérmica, es decir, quién es el titular de ese derecho. ¿Puede ser el dueño del terreno superficial? ¿Puede ser un tercero en su nombre? ¿Qué pasa si una empresa o una comunidad quiere explotar el recurso para un proyecto de baja entalpía? ¿Necesita la autorización del dueño del terreno superficial? Estas dudas deben despejarse en el futuro reglamento.
No obstante estas dudas, nos parece un excelente paso para potenciar el uso directo de la geotermia. Antes de esta nueva ley, el uso directo de la geotermia debía regirse por la ley geotérmica y seguir todas las trabas administrativas que ella implica. Claramente no era nada de atractivo hacer un proyecto de uso directo bajo el amparo de esa ley geotérmica. Sin embargo, esta nueva ley del uso directo va a permitir un marco regulatorio que va a agilizar, sin lugar a dudas, la entrada de las bombas de calor geotérmicas y el uso eficiente del recurso geotérmico del subsuelo somero.
¿Qué trabajos de investigación está realizando el CEGA?
Nosotros estamos desarrollando investigaciones tanto en sistemas geotérmicos de alta y media entalpía (aquellos que permitirían la generación de electricidad) como en sistemas de baja entalpía, pensados en el uso directo.
Estamos desarrollando investigaciones en colaboración con las dos empresas que actualmente están desarrollando proyectos geotérmicos en Chile (Geotérmica del Norte y Transmark) con miras a entender mejor los sistemas geotermales andinos. Igualmente estamos comenzando a generar convenios de colaboración para investigar en sistemas geotermales de alta entalpía en Argentina, Costa Rica y Ecuador.
Respecto a las investigaciones en uso directo, estamos desarrollando mapas de favorabilidad de uso directo e implementando proyectos pilotos demostrativos, con fuerte componente social, aplicando bombas de calor geotérmicas. Estamos convencidos que la mejor forma de hacer visible los beneficios de la geotermia es mediante el uso directo. Y en este sentido estamos desarrollando varios proyectos en diferentes regiones del país y también vamos a comenzar a colaborar con instituciones extranjeras para trabajar en Ecuador y Argentina.
¿Qué usos y beneficios tiene la geotermia para las comunidades?
Sin lugar a dudas, el mayor beneficio está en el uso directo. Si bien hay experiencias muy exitosas en New Zealand en donde son comunidades maoríes las que gestionan una planta geotérmica, pienso que como país aún estamos muy lejos de poder imaginar una situación similar en Chile. Sin embargo, si veo totalmente factible una alianza positiva entre comunidades y desarrolladores geotérmicos para aprovechar lo que se conoce como el “efecto cascada” de la geotermia y poder utilizar el calor remanente de plantas geotérmicas para beneficios de la comunidad. O, si nos centramos en el uso directo, estamos precisamente desarrollando proyectos pilotos con fuerte componente social y beneficio directo a las comunidades. Estamos hablando de invernaderos, secaderos de leña, secaderos de alimentos, calefacción de espacios públicos, etc.
Fuente: Energía Estratégica Latam