Noticias

Operación de las Pailas II en Costa Rica, no genera impacto en Parque Nacional Rincón de la Vieja

Planta geotérmica Las Pailas, Costa Rica (fuente: Ormat)
carlos Jorquera 18 May 2017

Investigación en Costa Rica, determinó que el bosque del Parque Nacional Rincón de la Vieja, no presenta ningún impacto derivado de la operación del proyecto geotérmico Pailas II. El único impacto real, se delimita en los cinco metros de margen que se dejaron alrededor de las plataformas.

Se mostraron los resultados de una novedosa investigación sobre cómo los insectos serían buenos indicadores biológicos. Este fue realizado por investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE. UU.), estos concluyeron que el bosque del Parque Nacional Rincón de la Vieja no presenta ningún impacto derivado de la operación del proyecto geotérmico Pailas II. El único impacto real, se delimita en  los cinco metros de margen que se dejaron alrededor de las plataformas.

Cuando en el 2013, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) decidió emprender el proyecto en el área colindante con este parque, biólogos y ambientalistas se mostraron preocupados, pues el bosque que yace en  ese sitio forma parte de una región ecológicamente sensible que conecta ecosistemas de altura con aquellos ubicados en la costa. Romper esa conectividad, era algo que les preocupaba. Daniel Janzen, ecólogo e investigador de la Universidad de Pensilvania señaló que “sí se tiene un impacto pero es local y análogo a un derrumbe como los que se dieron naturalmente en Miravalles con el paso del huracán Otto. Ese marco de cinco metros de ancho alrededor de la plazoleta es un charral, que es un tipo de agropaisaje. Este marco puede ser mitigado con tan solo sembrar árboles que den sombra para así minimizar el fenómeno”.

La investigación consta de utilizar insectos como indicadores para medir si existía o no impacto por parte del campo geotérmico, específicamente en la plazoleta 12 que se halla en el límite con el Parque Nacional Rincón de la Vieja. Por ejemplo, debido a su abundancia, ellos brindan valor estadístico. Además, como tienen períodos de vida muy corta, se puede medir el impacto en corto tiempo y, en vista de que no realizan grandes migraciones (con contadas excepciones), el monitoreo se hace más fácil.

Desde el 2013, los biólogos recolectan insectos en nueve puntos de muestreo: tres de ellos ubicados en el límite con la plataforma, otros tres a 50 metros de esta en dirección al bosque y los últimos a 150 metros y propiamente dentro del parque nacional.

Los insectos recolectados se refrigeraron y, los correspondientes al primer año de muestreo, se les extrajo una pata, la cual se envió al Centre for Biodiversity Genomics, en la Universidad de Guelph en Canadá, donde se generó un código de barra a partir del ADN. Dicho código de barra facilitó el análisis, ya que los biólogos requerían conocer la cantidad y diversidad de insectos para poder saber si existía o no impacto.

Se observó que en las trampas para capturar insectos que se colocaron dentro del bosque, se hallaron especies propias del ecosistema que allí impera. Según Janzen, “el proyecto no está impactando al sotobosque (vegetación que crece debajo de los árboles) a 150 metros de la plataforma”.

La misma conclusión se desprende de las trampas colocadas a 50 metros de la plataforma. Donde se notó una diferencia fue en las trampas 3 y 4, las cuales están justo al lado de la plataforma geotérmica. Estas trampas mostraron una alta acumulación de especies (un total de 6.718), sobre todo de insectos que son buenos voladores, parásitos de otros insectos y carroñeros.

Por otra parte Según Eddy Sánchez, director de Recursos Geotérmicos del ICE, el potencial geotérmico del país se concentra en las cordilleras de Guanacaste y Central, mayormente dentro de áreas silvestres protegidas. Por esa razón, con Pailas II, el ICE trabajó conjuntamente con el Área de Conservación Guanacaste (ACG) y la organización Guanacaste Dry Forest Conservation Fund. En Pailas II se está implementando una perforación direccional que, según Sánchez, reduce en 50% la cantidad de infraestructura superficial y con eso se reduce el impacto así como los costos. Además, el líquido se vuelve a inyectar al campo geotérmico a manera de reutilización y evitar contaminar cuerpos de aguas superficiales como ríos y quebradas.

Sin embargo, alrededor de las plazoletas, se dejó un marco de cinco metros de ancho. “Lo más importante es que ya sabemos lo que pasa en ese marco y, desde el mismo momento que construimos las plataformas, podemos incluir estos elementos y no esperarnos a que la infraestructura esté lista”.

Conclusiones de la Investigación

  • La primera es que los insectos, que viven en el dosel del bosque (en las copas de los árboles) y que están acostumbrados a recibir radiación solar directa, están bajando al sotobosque porque, al quitar la vegetación en el marco de cinco metros de ancho, se favorecieron condiciones propias del dosel en ese espacio alrededor de la plataforma.
  • La segunda es que se detectaron otras especies propias del agropaisaje en esa franja alrededor de las plazoletas. Lo que hace suponer que el viento y las aves dispersaron semillas de vegetación típica de los potreros guanacastecos que, al encontrar un claro en medio del bosque, vieron la posibilidad de establecerse. Eso, a su vez, atrajo a especies de insectos que dependen de esa vegetación.

 

Fuente: Nacion