Noticias

Plantas geotérmicas en boca de pozo – la clave del éxito renovable de Kenia

Green Energy Group´s wellhead plant in OLK field, Kenya
Francisco Rojas 22 Oct 2015

La pequeñas plantas de energía geotérmica en boca de pozo (wellhead) están demostrando ser una manera más rápida de desarrollar nuevos proyectos de energía en Kenia.

Adjunto os dejamos un interesante artículo que apareció en IPS ayer sobre las aplicaciones de geotermia en boca de pozo (wellhead) y la importancia que están teniendo para el desarrollo de la geotermia en el país africano.

Kenia se convirtió en el primer país del mundo en usar bocas temporales de pozos geotérmicos, que aportan 56 megavatios adicionales a la red nacional de energía.

Según ingenieros de la empresa nacional de energía eléctrica, Kenya Electricity Generation Company (KenGen), la construcción de una planta geotérmica exige varios años, porque funciona con el vapor de varios pozos, que suelen perforarse y quedar abiertos durante años, a la espera de que termine la construcción de la planta principal.

La inversión en la generación de energía geotérmica cambió la tendencia del mercado energético en Kenia, que hasta 2014 era un importador neto de electricidad de Uganda y ahora ya exporta energía a ese vecino país.

“Aprovechamos estos pozos individuales para generar energía mediante el vapor, que de otro modo se habría desperdiciado mientras se construye la planta principal”, explicó Johnson Ndege, el ingeniero a cargo de las bocas de pozo en KenGen.

La energía geotérmica se genera cuando se utiliza el vapor súper caliente de la corteza terrestre para girar las turbinas de los generadores de energía. El vapor es expulsado a través de pozos perforados en la tierra, que en ocasiones tienen más de tres kilómetros de profundidad.

Idealmente, las bocas de pozo tienen la forma de una planta de energía geotérmica normal, pero en una versión más pequeña. Mientras que la planta de energía geotérmica funciona con el vapor que le llega a través de decenas de pozos, la boca de pozo utiliza el vapor de un solo pozo.

Una vez que la planta principal está construida, las bocas de pozo se retiran y se trasladan a otras estaciones, por lo que el vapor de los pozos puede canalizarse a la planta principal.

“La técnica de boca de pozo fue solo un experimento, y resultó ser una muy buena manera de generar energía de los pozos que, de otra manera, habrían permanecido ociosos durante años”, afirmó Ndege.

De esta manera, este país de África oriental es el primero en el mundo que genera energía geotérmica directamente de bocas de pozo.

Hasta el momento, KenGen instaló 11 bocas de pozo, que aportan 56,1 megavatios a la producción de energía geotérmica de Kenia, mientras construye la sexta y séptima plantas de energía geotérmica en la localidad austral de Olkaria, en la región del Valle del Rift, que estarán prontas en 2018.

La empresa tiene cuatro bocas de pozo en construcción, que en los próximos meses llegarán a producir 20 megavatios de energía, según indicaron los expertos.

La inversión en la generación de energía geotérmica cambió la tendencia del mercado energético en Kenia, que hasta 2014 era un importador neto de electricidad de Uganda y ahora ya exporta energía a ese vecino país.

“No queremos dejar nada librado al azar, y por eso empezamos a generar energía eléctrica con las bocas de pozo mientras seguimos desarrollando cada vez más plantas de energía geotérmica”, destacó Albert Mugo, el director general de KenGen.

La inversión en las cinco plantas geotérmicas que existen actualmente en Olkaria, con el aporte adicional de fuentes más pequeñas, como las bocas de pozo, puso a Kenia en el mapa mundial de la producción de energía geotérmica.

En consecuencia, este país africano se convirtió en el octavo mayor proveedor mundial de energía geotérmica, con una capacidad total instalada de 585 megavatios, lo que equivale a cinco por ciento de la producción mundial, según el Consejo de Recursos Geotérmicos.

Mugo asegura que este tipo de energía ha superado a la energía hidroeléctrica en Kenia, ya que las plantas de Olkaria IV y V tienen una capacidad combinada de 280 megavatios. Ambas fueron inauguradas por el presidente Uhuru Kenyatta en octubre de 2014.

En general, la geotérmica representa actualmente 51 por ciento de la grilla de energía en Kenia, mientras que la hidroeléctrica, que fue la principal fuente hasta hace unos meses, descendió a 40 por ciento. La energía solar y eólica abarca el nueve por ciento restante.

“Lo más lindo es que las plantas geotérmicas suelen alcanzar más de 90 por ciento de eficiencia, lo cual es mucho mejor que las fuentes hidroeléctricas, que funcionan con un 70 por ciento de eficiencia en el mejor de los casos”, explicó Mugo.

La otra ventaja es que la generación de energía geotérmica no se ve afectada por las condiciones climáticas, ni contamina el medio ambiente. “Se trata de energía limpia”, subrayó el ingeniero.

No obstante, aclaró que el país no puede abandonar del todo la electricidad generada en base a diesel debido a la creciente demanda, los casos de emergencia y el mantenimiento de rutina de otras centrales eléctricas.

“Haremos lo posible para apoyar los esfuerzos orientados a aprovechar las energías renovables como una forma de adaptación y de mitigación de los impactos del cambio climático”, declaró Wilbur Ottichilo, legislador y fundador de la Red Parlamentaria sobre Energías Renovables y Cambio climático.

Según el Ministerio de Petróleo y Energía, la zona del Valle del Rift en Kenia tiene por sí sola un potencial estimado de más de 10.000 megavatios de electricidad a partir de fuentes geotérmicas.

“Para 2018, tenemos previsto desarrollar otros 460 megavatios de energía geotérmica”, informó Mugo a IPS. Si eso se logra, el volumen de electricidad generada a partir de la energía hidroeléctrica podría reducirse un 28 por ciento de la grilla total.